Un
estudio realizado por Scott en Namibia le hizo darse cuenta de que la risa es
uno de los "tics" vocales más valiosos.
Investigaciones previas mostraron que todos podemos reconocer seis
emociones universales, sin importar la cultura -miedo, ira, sorpresa, disgusto,
pena y felicidad- basándonos en las expresiones faciales.
Scott se propuso averiguar si codificamos más información en nuestra voz
que en nuestras expresiones.
Así que le pidió a indígenas de Namibia y a ingleses que escuchasen
grabaciones de distintas voces y que describiesen las emociones que reconocían,
incluyendo las seis universales más alivio, triunfo y alegría.
Lea: 10 cosas que quizás no sabías sobre la risa
La risa era la emoción más fácilmente reconocida en ambos grupos.
"Inmediatamente se diferenciaba de las otras emociones", aseguró a
BBC Scott.
Y cuanto más investigaba, más se fascinaba por las complejidades de este
comportamiento.
Por ejemplo, se dio cuenta de que la mayoría de las risas no tenían nada
que ver con el humor.
"La gente piensa que se está riendo de las bromas de los demás, pero
en una conversación la persona que se ríe más es la que está hablando",
dice Scott.
La investigadora ve la risa como una "emoción social", algo que
nos une y ayuda a que formemos lazos, independientemente de si algo es gracioso
o no.
Risa contagiosa
Esto explicaría por qué las parejas se ríen continuamente de las gracias
del otro, mientras los observadores exteriores permanecen indiferentes.
"Alguien dirá: ’Tiene un gran sentido del humor, por eso me gusta’.
Pero lo que quiere decir realmente es: 'Me gusta y se lo demuestro riéndome
cuando estoy a su lado'".
De hecho la risa
parece ser la principal forma de mantener relaciones.
Scott
se basa en investigaciones que muestran cómo las parejas que se ríen juntas se
liberan del estrés de una situación complicada más fácilmente y, en general,
suelen estar juntos más tiempo.
Otros
estudios recientes reflejan que la gente que se ríe de los mismos videos
graciosos en internet es más propensa a compartir información personal entre
ellos.
El
investigador de la Universidad de Oxford Robin Dunbar descubrió también que la
risa contribuye a aliviar el dolor, posiblemente porque activa la liberación de
endorfinas, los neurotransmisores que están asociados con la existencia de una
sensación de bienestar.
Científica y comediante
Además de investigar
sobre cómo reírse facilita el contacto con otros, las posibilidades sociales de
la risa llevaron a Scott a aventurarse en clubs de comedia.
"Lo
interesante de la risa en este tipo de situaciones es que sigue tratándose de
una interacción directo", afirma. De alguna manera la audiencia tiene una
conversación con el cómico.
"Me
interesa lo que pasa cuando la audiencia empieza a reírse y en cómo eso
desaparece -independientemente de si los demás se ríen- porque la experiencia
al fin y al cabo es entre la persona y el cómico".
Paradójicamente,
a los cómicos les suele resultar más fácil trabajar en lugares grandes,
probablemente porque la naturaleza contagiosa de la risa hace que las olas de
júbilo se transmitan mejor donde hay mucha gente.
Scott recuerda un
video del comediante Sean Lock en el que la audiencia se reía de forma
incontrolada con solo oírle decir la palabra "faja", debido a lo
contagioso de las carcajadas.
La
investigadora ha tratado de estudiar el fenómeno poniendo sensores a la
audiencia para medir los límites de la risa… pero sin mucho éxito por el
momento.
Scott
incluso sube al escenario alguna que otra noche, aunque niega que la ciencia
haya hecho más fácil su capacidad para hace reír a la gente.
Pero
todo esto ha hecho que Scott entienda mejor lo poderosa que es la risa como
arma para expresarnos y hacer que la gente nos escuche.
"La
risa parece algo trivial, efímero y sin demasiado sentido", afirma,
"pero nunca es neutral: siempre esconde algún significado".
Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/04/150409_vert_fut_risa_inapropiada_lp