Carpe diem es una expresión de raíces latinas que fue concebida por el poeta
romano Horacio.
Su traducción literal otorga relevancia a la frase “cosecha el día”, cuyo
contenido intenta alentar el aprovechamiento del tiempo para no malgastar
ningún segundo.
La frase completa popularizada por Horacio,
aseguran los historiadores, fue “carpe diem quam minimum credula postero”,
que en español puede entenderse como el siguiente consejo: “aprovecha cada
día, no te fíes del mañana”.
En los últimos años, además, la expresión ha revitalizado su popularidad debido a que es parte fundamental del argumento del filme La sociedad de los poetas muertos (1989), dirigida por Peter Weir, donde un grupo de jóvenes, impelidos por su profesor de literatura, apuestan por una actitud ante la vida basada en el principio del carpe diem.
La popularidad de la expresión es tal que también se ha vuelto un motivo muy apreciado a la hora de tatuarse una frase inspiradora en el cuerpo.
“La vida es una obra de teatro que no permite
ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de
tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.”